En el artículo anterior analizábamos las 5 primeras Creencias Irracionales que Ellis considera son la causa de nuestro sufrimiento. Hoy terminamos de analizar el resto.
Quiero repetir la idea fundamental: No son los acontecimientos los que me hacen sufrir sino la interpretación que hago de dichos acontecimientos. Ideas que doy por ciertas sin aplicar ningún criterio sino que para mi son obvias e indiscutibles. Equivocadamente indiscutibles…
Vamos con las siguientes creencias irracionales:
6. Tiene que haber una solución perfecta para el problema
Según esta creencia, tengo que tenerlo todo bajo control, todo en su sitio y no debo correr riesgos en la vida. Mis decisiones deben ser siempre acertadas, si no es así, ocurrirá una catástrofe que me destrozará la vida.
Pensar de este modo es ir en contra de la dirección natural de la propia vida en la que no todo es controlable y nada permanece estático. No asumir riesgos es decidir no vivir, siempre existe la posibilidad de fracasar, la incertidumbre y la duda son consustanciales a la existencia misma. Por lo tanto, creer que voy a encontrar la solución perfecta, que debo tomar la decisión perfecta es conseguir ser mucho menos eficaz que si trato de resolver lo mejor que pueda, entendiendo que existen muchas soluciones y varias de ellas podrían resultarme.
7. Es mejor evitar las dificultades que afrontarlas
Evitar es la «solución» inmediata porque me ahorra la ansiedad y el malestar que me ocasiona enfrentarme a situaciones que me resultan incómodas o conflictivas. Es cierto que nos alivia, pero el coste es aumentar el problema. Cuando dejamos pasar un miedo, con él entran otros miedos. Afrontar me genera ansiedad, aumenta mi malestar pero como contrapartida puedo resolver. Enfrentarme a lo que me genera miedo y ansiedad hace que supere otros temores.
Así, si queremos avanzar y tener una vida digna, si queremos apostar por lo que queremos conseguir no nos queda más remedio que enfrentarnos y trabajar en ello.
8. Necesito a alguien más fuerte que yo en quien refugiarme
Pensar que los demás son responsables de mi y que si tengo dificultades los demás deberían solucionarme mis problemas es irracional y muy poco realista. Estamos solos y es mejor aceptar que soy yo quien debe hacerse cargo de mi vida asumiendo la posibilidad de fracasar.
Es más sano pensar que vivimos en un estado de interdependencia, es decir, ser absolutamente independiente no es posible. Es natural en determinadas ocasiones tener que pedir ayuda o aceptarla si me la ofrecen, pero teniendo claro cuál es mi responsabilidad para conmigo. Si no sé puedo aprender.
9. La infelicidad depende o viene del exterior y las personas tenemos poca capacidad o ninguna para controlar nuestras perturbaciones
Creer que somos víctimas de los acontecimientos es no querer asumir nuestra responsabilidad en nuestros sentimientos. Aunque es cierto que ciertos acontecimientos son objetivamente poco deseables, incómodos o molestos, es mi manera de interpretarlos y de relacionarme con ellos lo que determina la emoción que siento. Si pienso que lo único que me queda es resignarme a lo que la vida me depara estaré optando por una actitud pasiva y victimista.
Puedo pensar que mi vida termina ahí o puedo pensar cómo puedo incorporarlo en mi existencia de tal manera que aún pueda sentir alegría por algo o pueda disfrutar del resto de mi vida. Yo soy quien da valor a lo que me pasa y yo soy el que decide cómo me apaño con ello. Sólo si soy consciente de los pensamientos con los que «leo» el acontecimiento seré capaz de asociar dichas frases internas a mi emoción.
10. Mi pasado es la causa de mis problemas presentes y como esta influencia es tan poderosa, las cosas seguirán así en el futuro
Estar convencido que mi presente está influenciado por mi pasado (por mis experiencias, por mi educación por ejemplo) es una excusa para evitar enfrentarnos a los cambios que necesitaría hacer en este momento y así no tener que realizar el esfuerzo. Es más fácil seguir poniendo las mismas soluciones aunque no me funcionen que probar otras que no sé cómo me van a funcionar.
Es más racional aceptar que aunque estamos condicionados por nuestra historia siempre podemos transformar nuestro futuro haciendo algo diferente en el presente promovidos por nuevas interpretaciones más realistas y productivas.
11. Debería sentirme muy preocupado por los problemas y sentimientos de los demás
Por mucho que nos preocupen las conductas o sentimientos de otras personas, es algo sobre lo que no podemos tener ningún control y nos conviene aceptar que no tenemos el poder de cambiarlos. Además, involucrarnos en las vidas de otros en muchas ocasiones no es más que una razón para no enfrentarnos a nuestros propios problemas.
Es más eficaz expresar lo que pensamos y/o hacer algo al respecto que insistir en tratar de controlar lo que no depende de nosotros.
En definitiva estas 11 Creencias Irracionales de las que hemos hablado en este artículo y en el anterior, pueden resumirse en tres:
- Tengo que hacer las cosas bien y conseguir todo lo que me propongo para conseguir la aprobación de los demás.
- Los demás deberían portarse siempre bien conmigo, ser justos y considerados y hacer las cosas como yo las haría.
- Mi vida debería tener unas condiciones favorables para mí, ser fácil y aportarme seguridad para poder conseguir lo que quiero sin dificultades.
Si alguna de estas creencias irracionales te dificultan el día a día y crees que necesitas la ayuda de un psicólogo en Bilbao, contacta conmigo, puedo ayudarte a realizar cambios en tu pensamiento, emoción y tu conducta para mejorar tu bienestar.