Después de unos meses de tener que parar, de aparcar casi toda mi vida y centrarme exclusivamente en mi cuidado y en sanar/sanarme, vuelvo.
Y vuelvo con muchas lecciones aprendidas, experimentadas y confirmadas…
Hace 9 meses me diagnosticaron un cáncer linfático. Mi primera reacción fue no creérmelo, pensar que eso no podía ser… pero al iniciar el tratamiento fui cayendo poco a poco en la realidad…
Estaba enfadada (pobre familia mía, lo que me ha aguantado…), triste, asustada… hasta que pensé que esto era lo que había y no debía hacerme más daño del que ya tenía… Era mucho mejor ayudarme que destruirme y comencé a colaborar con mi tratamiento, pensando en lo bien que me hacía y que me estaba curando.
Empecé a agradecer todas las atenciones del hospital, a pensar en la suerte que tenía por tener a mi disposición los conocimientos y cuidados del personal sanitario que me está atendiendo y tratando… impecables, humanos, dedicados… agradecida por poder contar con los medios necesarios para que esto sea pasajero, aunque un poco largo.
Cuando me sentía mal después de las sesiones de quimio, decidí pensar que sólo eran unos días y que después todo mejoraba. Por fin disponía de tiempo para mí y además estaba recibiendo todo el amor y los cuidados de todas las personas que me quieren y de verdad que son muchas… Me he dejado mimar y ayudar… y me ha gustado…
Decidí focalizarme en todo lo bueno que me estaba pasando en vez de en todo lo malo y esto me ha hecho llevar esta experiencia con ánimo, valor y fuerza para recuperarme, y para que, aunque no se haya terminado del todo retome mi vida con más fuerza e ilusión que nunca.
Y aquí vuelvo… creo que he aprendido a ser más paciente, menos exigente, más agradecida, más consciente de mis autocuidados y más generosa con los demás, dándoles la oportunidad de ser tan espléndidos conmigo y así celebrar todo lo que recibo de ellos.
En definitiva, una vez más he comprobado que no son las cosas que me pasan las que determinan mi sentir, sino cómo yo las interpreto, cómo me relaciono con ellas y mis expectativas respecto a mi realidad… y eso que ya lo “sabía” ahora lo SÉ.