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Quinto derecho básico

Tengo derecho a no satisfacer las expectativas de otras personas y a comportarme tratando de conseguir mis propios intereses.

Es decir, tengo derecho a decepcionar a los demás… has entendido bien… ¡¡DECEPCIONAR!!

Este derecho se da de bruces con lo que nos han enseñado, que es que no tenemos que ser egoístas, que si realmente somos buenas personas tenemos que anteponer los deseos e interés de los demás en detrimento de los nuestros propios, tenemos que ser generosos y ceder, consentir y anteponer el bienestar de los demás, aunque no nos venga bien o nos obligue a renunciar a cuestiones de la vida importantes para nosotros….

Realmente no comprendo cómo alguien puede ofrecer algo positivo para los demás cuando no se permite alcanzar sus metas o disfrutar como desea… si no tengo nada para dar, no sé qué puedo dar… este entramado tortuoso hace que las relaciones con los demás sean morbosas, tóxicas y complicadas… hace de la manipulación una forma de relacionarnos y de la esclavitud una manera de vivir.

Es natural y humano querer agradar a los demás (más si son personas a las que queremos).

Es también humano pretender gustar a los demás, pero si es una necesidad nos convertiremos en personas serviles, manipulables … marionetas… y dejaremos de ser fieles a nosotros mismos estando en contacto con los sentimientos de otros en vez de con los nuestros propios. Necesitar la aprobación de los demás me hace tener ansiedad, sentirme inseguro y no vivir mi vida sino la de aquellas personas que me rodean, y más aún… me obliga a hacerme daño a mí mismo por tener que desconectarme de mis propios valores, reglas, y preferencias…

Además, no sólo tengo derecho a decepcionar en lo que pienso, siento o hago, sino que no tengo que dar explicaciones ni justificarme por ello… simplemente puedo hacerlo porque si, porque lo deseo y prefiero hacerlo…( sexto derecho) y también a considerar que estaba en un error y cambiar de opinión (séptimo) no tengo que insistir en una creencia que ya no me convence o que descubro que no me conviene solo por considerar que cambiar de opinión es de personas poco consistentes e inmaduras… al contrario, cambiar de opinión es de personas inteligentes, maduras y asertivas, que se cuidan, aprenden y evolucionan… aunque nos critiquen y no seamos «aquello que se espera de nosotros»…

Os animo a decepcionar… es un buen sistema para descubrir quién nos quiere bien y de quién nos conviene apartarnos…

Autoestima

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