Cuando amamos, apreciamos y respetamos a otra persona. Dignificamos a esa persona. ¿Qué significa ésto?
Pues quiere decir que tenemos en cuenta sus necesidades, que la ayudamos a ser quien es y como es, concediéndole sus tiempos y sus espacios, aceptando sus límites y sus preferencias… así manifestamos el amor que sentimos hacia ella y así lo acrecentamos.
Bueno, pues para generar autoestima, amor, estima hacia nosotros mismos, tendremos que hacer exactamente lo mismo.
Sin embargo, en nuestro afán de garantizarnos ser buenos, competentes y valiosos, hacemos todo lo contrario: nos exigimos más de lo que somos capaces de hacer, nos juzgamos con intolerancia creándonos culpabilidades infinitas y nos impedimos mostrarnos como somos por miedo a decepcionar. Es decir, matamos nuestra autoestima tratándonos como si fuéramos nuestros peores enemigos…
Ámate, quiérete, no te juzgues con dureza, concedete tiempo y acéptate como eres. Amarse a uno mismo es nuestro mejor regalo.