El principio del otoño es la época en la que se producen más separaciones y divorcios de la pareja, ya que pasamos más tiempo juntos durante las vacaciones de verano y nos damos con la realidad del estado en el que se encuentra nuestra relación.
Pero la duda está ahí presente… ¿cuando debo plantearme que mi relación ya está agotada?
Lo primero tenemos que tener en cuenta es que no existen reglas generales por las que guiarnos, que el amor no es perfecto y que es imposible recibir sólo bienestar de nuestra relación así como la satisfacción absoluta de todas nuestras necesidades afectivas, pero sí podemos estar atentos a ciertas llamadas de atención…
- Evidente es que que si existe maltrato de cualquier tipo, tanto verbal como físico es un dato claro para cortar (desprecios, insultos, críticas negativas constantes, agresiones físicas de cualquier tipo).
- Si existen infidelidades frecuentes, falta de confianza (con motivos o sin ellos, puesto que si existen motivos es natural sentir desconfianza y si no existen motivos porque abusaremos y querremos controlar a nuestra pareja, lo que constituye en sí un abuso hacia ella).
- Cuando llevas tiempo sintiéndote mal pero no quieres hacer «daño» al otro… si es así, mira tus verdaderos sentimientos, acepta que puedes haber estado muy enamorado pero ahora ya no sientes lo mismo… piensa que el amor no puede forzarse y que es un acto de respeto hacia el otro no «entretenerle» en una relación que es perjudicial para él por no existir reciprocidad, por no informarle de su verdadera situación respecto a ti…
- Si tenes miedo a la soledad pero te molesta hacer planes con tu pareja y no te apetece compartir tiempo ni proyectos de vida con la otra persona, ya no tenéis criterios éticos en común, gustos ni visión de futuro.
- Si te avergüenzas de tu compañero o compañera, si te gustaría que fuese otra persona y no quieres compartir al mismo tiempo actividades con tu grupo y tu pareja, si descubres que hay algo que has sido o eres reacio a aceptar de ella
- Si piensas en romper pero tienes miedo al qué dirán ante la ruptura.
- Si la otra persona lo deja claro. Acepta que tiene derecho y que es imposible sentirnos a gusto si ambas partes no lo deseamos al mismo tiempo.
Por lo tanto, tenemos que modificar la idea de que una relación es exitosa si dura y comenzar a hacernos a la idea que el objetivo de la relación es disfrutar de ella entendiendo que el amor no puede ser incondicional ni unívoco, sino realimentado por ambas partes y que la responsabilidad de nuestro bienestar nos corresponde exclusivamente a cada uno de nosotros.